lunes, 17 de diciembre de 2007

Boomsday

Es el año 2011 y Cassandra Devine , una guapa joven americana que ingiere Red Bulls como Homer rosquillas, está cabreada. El país está en quiebra, acuciado por numerosas guerras, inflación estratosférica y una economía en contracción; entonces el Senado aprueba más deducciones fiscales y ayudas a los jubilados. Es la gota que colma el vaso, y Cassandra decide actuar, coincidiendo con la llegada del "Boomsday", el día en que los primeros "Baby Boomers" empiezan a jubilarse.

Junto a una frenética actividad en su blog llamando a la movilización de los jóvenes (la 'whatever' generation), Cassandra se busca la ayuda del patricio senador Jepperson (eslogan: 'No worse than the others'), y juntos se enfrascan en una carrera electoral con la mira puesta en la presidencia.

Este es el argumento que nos ofrece Christopher Buckley, utilizando la comedia inteligente e irreverente para tratar uno de los principales problemas que sufren los países occidentales: el envejecimiento de la población, la crisis de la seguridad social y la bomba demográfica que se acerca cuando se retire la generación que nació después de la segunda guerra mundial. Y aquí todo vale. Se parodia continuamente a la clase política americana, con numerosos guiños a la situación vivida por la administración Bush (dolar por los suelos, deuda pública, guerras en el extranjero, interferencias con el sistema judicial...), los grupos de presión como SPERM (Society for the Protection of Every Ribonucleic Molecule) o ABBA (Association of Baby Boomer Advocates), y el propio proceso electoral. Como muestra, un debate electoral:

"Senator Jepperson, you have ninety seconds to respond. [...] Thank you John, but I don`t need ninety seconds to respond. I can respond to what the president just said in four words: Shut the fuck up."


La sátira esperpéntica aparece por todos lados: mafias rusas, reverendos fundamentalistas sureños, políticos aristocráticos de Nueva Inglaterra, millonarios de Internet de California, relaciones públicas en Washington...todos los estereotipos de la sociedad americana actual se dejan ver en esta novela, y no salen muy bien parados.

El único problema que le veo a Boomsday es que está pensado para una audiencia americana, con numerosas referencias a la cultura popular de este país que pueden ser difíciles de entender para los de fuera. Tampoco consigo empatizar con la protagonista, la inteligente pero listilla y pedante Cassandra. Aún así las carcajadas que he echado durante la lectura compensan estos pequeños detalles.

Indudablemente, el problema de la sostenibilidad del sistema público de pensiones con el envejecimiento de la población es muy serio, y seguro que en los próximos años oiremos mucho más sobre él. Pero no de forma tan divertida (y frívola) como en Boomsday.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Concienciación

Poco a poco parece ser que el mundo en general, y los españoles en particular nos vamos concienciando de la gravedad del problema del cambio climático.

El acuerdo de Bali firmado ayer fue portada en varios telediarios y periódicos (incluyendo editoriales en periódicos tan influyentes como el País o el ABC). La gente está más sensibilizada, y se nota en el ambiente. Será interesante seguir las elecciones generales del año que viene tanto en España como en Estados Unidos, para ver como aparece el tema.

Desde luego aquí los políticos no se pueden descuidar como hizo Rajoy. Y es que el cambio climático es el segundo asunto (tras el terrorismo internacional) que más alarma a los españoles, según la última encuesta del Real Instituto Elcano:

El primer paso para solucionar un problema es reconocer su existencia, y parece que eso ya lo vamos haciendo. Ahora es cuando empieza el trabajo de verdad...

sábado, 15 de diciembre de 2007

Acuerdo en Bali

Tal y como comentábamos hace unos días, esta semana se está desarrollando la Cumbre del Clima en Bali, con el objetivo de establecer un marco de cooperación multilateral para atajar el problema del cambio climático y renovar el maltrecho Protocolo de Kyoto.

Pues bien, tras días de negociaciones y una continua reducción de las expectativas de la cumbre, se ha llegado a un acuerdo. Se ha establecido una hoja de ruta para definir un protocolo que sustituya al de Kyoto antes de 2009. Lo que no se ha conseguido es cumplir las pretensiones iniciales de la UE de fijar unas reducciones de las emisiones un 25%-40% en los países industrializados. Lo más parecido es un pie de página que aparece en el acuerdo donde se cita el estudio científico que respaldaba esos objetivos.

Las ONGs no están demasiado contentas, pero yo creo que es un acuerdo aceptable que pueden considerarse como un éxito al cumplirse los objetivos de la cumbre establecidos por la propia ONU: definir la hoja de ruta respaldada por todos los países, establecer acciones concretas de adaptación al cambio climático y transferencias de tecnologías limpias a los países menos desarrollados, y la posibilidad de adquirir "créditos de carbono" por los países industrializados ayudando a reducir las emisiones por deforestación en los países en desarrollo. Es cierto que hubiera estado bien fijar objetivos concretos, pero eso era totalmente utópico con la moribunda administración americana y las maquinaciones de Canadá y Rusia (que claramente no les importaría demasiado que las temperaturas árticas subieran unos graditos)

Habrá varias reuniones de alto nivel a lo largo de 2008, y otra gran cumbre en Dinamarca a finales de 2009 donde es de esperar que se firme el sucesor de Kyoto.

Aquí podéis ver el acuerdo final firmado en Bali, encriptado en lenguaje diplomático.

viernes, 14 de diciembre de 2007

El Fin de la Pobreza


"Deberíamos recelar de las prédicas moralizantes excesivas o de las que les dicen a los pueblos más pobres del mundo, o a los más vulnerables o castigados por la crisis, que resuelvan por sí mismos sus problemas"



Con este pretencioso título el afamado economista Jeffrey Sachs nos pone al día de la dramática situación que se vive en los países subdesarrollados, y nos expone un detallado plan sobre como podría solucionarse el problema de la pobreza absoluta que afecta a cientos de millones de personas en el Tercer Mundo.

El libro conjuga el contenido académico con casos de estudio de algunos países que han sido asesorados por Sachs, completado con una guía de campo de implantación de un plan global antipobreza. En mi opinión, la parte académica sobra, pues hay capítulos enteros sobre historia económica y fundamentos básicos de economía que, si bien pueden servir para entender la segunda parte del libro, es información demasiado básica e irrelevante.

Sí que interesa el ahondamiento que se hace sobre las causas reales de la pobreza: no sólo el mal gobierno, sino también la dificultad de acceso al mercado, las comunicaciones, la falta de educación, etc. Todo ello hace imprescindible la ayuda exterior, especialmente en los países del Africa Subsahariana. También resultan atractivas las labores de asesoría que el profesor Sachs ha hecho para países tan dispares como Bolivia, Polonia, Rusia, China, etc. Estos capítulos, aunque carentes de modestia, son un invaluable testimonio de la historia económica reciente.

De todos modos, donde el libro alcanza su zenit es en el desarrollo de un plan global contra la pobreza, basado en los siguientes pilares:
  • Condonación de la deuda. Es inaceptable que a estas alturas los países del Tercer Mundo vean empeorada su ya desesperada situación por tener que hacer frente a una deuda contraída en muchos casos bajos los erróneos auspicios del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y que en cualquier caso los países ricos nunca iban a poder cobrar en su totalidad.
  • Liberalización del comercio. el autor se oponen frontalmente al proteccionismo de los países ricos en bienes industriales básicos. La liberalización del comercio de productos agrícolas no es la panacea, ya que los productos subvencionados por los países de Occidente no son los que producen los países más pobres, y estas subvenciones ayudan a mantener un precio de mercado más bajo. Aquí yo discrepo con Sachs: es necesario fortalecer el sector agrícola productivo de estos países, y esos es totalmente inviable cuando deben competir contra precios agrícolas artificialmente bajos por las subvenciones de la UE y EEUU a sus agricultores. Además, muchos productos (como las hortalizas o el algodón, por poner dos ejemplos) sí que pueden producirse en zonas tropicales.
  • Ciencia aplicada al desarrollo. Con todo el progreso científico y tecnológico que ha ocurrido en los últimos dos siglos, y como han mejorado las condiciones de vida de una gran parte de la población mundial, ahora deberían volcarse los esfuerzos científicos en apoyar a los que se han quedado fuera de ese progreso. En este sentido hay noticias alentadoras como la vacuna contra la malaria que se va a empezar a utilizar el año que viene.
  • Gestión medioambiental. Este aspecto lo toca sólo de refilón, y no expone los desastrosos efectos que el cambio climático puede tener sobre los países más desfavorecidos.
  • Ayuda al desarrollo. Este es el punto fundamental y más controvertido. Hay una creencia generalizada de que "se malgastan miles de millones en ayudas a los países pobres, y éstos lo único que hacen es derrocharlos". Sachs arremete implacablemente contra esta opinión, demostrando que la ayuda real es mínima (muchas veces se camufla con condonaciones de créditos, o con créditos para importar productos del país donante), y que en muchos casos se hace un uso ejemplar de la misma. Además, va en el interés propio de los países donantes aumentar la ayuda al desarrollo: menos conflictos, menos terrorismo, menos problemas de inmigración, etc.
El marco de referencia fundamental para dirigir la ayuda son los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Para su cumplimiento (algo que ya parece bastante utópico, según el último informe de seguimiento) es esencial el cumplimiento de los compromisos de los países ricos de aportar el 0,7% de su Producto Interior Bruto al desarrollo (según los cálculos de Sachs valdría con un 0,5% del PIB). En este sentido, es reconfortante la reciente promesa de Zapatero, si se cumple.

Tampoco se libran de las opiniones del autor los organismos internacionales que intervienen en el desarrollo económico. Junto a una visión poco positiva del marco institucional de ayuda al desarrollo encarnado por FMI, BM, y la ortodoxia económica que representan, aparece una refrescante crítica al movimiento antiglobalización: aunque aplaude su fervor moral y valora los efectos positivos logrados denunciando el trabajo infantil y los sobornos a dirigentes del Tercer Mundo, se equivocan de enemigo. Hay muchos ejemplos de empresas responsables que ayudan al desarrollo, y es indiscutible que la globalización ha reducido notablemente la pobreza, especialmente en China e India.

Bueno, si habéis llegado hasta aquí, veréis que se trata de un libro muy recomendable, que nos abre los ojos ante las severas injusticias que están ocurriendo en el planeta, y lo hace con un trasfondo de optimismo (o, viéndolo cínicamente, de ingenuidad idealista) y esperanza muy alentadores.


lunes, 10 de diciembre de 2007

¿Bali o no Bali?

Hoy han empezado las reuniones de alto nivel en la cumbre de Bali, donde se intenta definir un marco multilateral de lucha contra el cambio climático, renovando el fallido protocolo de Kyoto.

Y las cosas no van demasiado bien. Como bien ha dicho Al Gore en la ceremonia de entrega del premio Nobel, es necesario el compromiso por parte de China y Estados Unidos, sobre todo de este último. Pero claro, Harlan Watson, el representante de George W. en esta materia, ha estado a la altura de su jefe y se ha negado a comprometerse ni un ápice:


"Estamos dispuestos a negociar y a cooperar, pero Estados Unidos no aceptará reducciones de emisiones"


¿A qué clase de cooperación se refiere? Está claro que al iniciar cualquier negociación de alto nivel las partes empiezan con posturas muy lejanas, y poco a poco van cediendo hasta que se llega a un punto medio. Pero, ¿hará eso Estados Unidos? Dudoso, dudoso. Más bien se dedicarán a dar largas: el tiempo sí juega a su favor.

Y con el paso del tiempo, las emisiones siguen aumentando y nada real va a pasar hasta que no entre una nueva administración en Washington, preferiblemente demócrata. Seguramente ya será demasiado tarde (si no lo es ya).


viernes, 7 de diciembre de 2007

Relatos del piloto Pirx


De los cinco relatos que conforman este libro, sólo he podido leer tres. Aparecen 30-40 páginas repetidas sustituyendo a las que deberían salir; suficientes para estropearme el final de una historia y el principio de la siguiente (si te quieres comprar la edición de bolsillo de Alianza Editorial ya sabes, revísala primero). Aún así, los tres relatos restantes sirven para hacerse una idea de como escribe el polaco Stanislaw Lem, seguramente el escritor no anglosajón de ciencia ficción más conocido.

En la prueba, el novato y patoso cadete Pirx se enfrenta por primera vez al vuelo espacial en solitario. Con el paso de las horas, se da cuenta de que a lo mejor no está tan sólo después de todo:

"Suena como...una mosca atrapada en un vaso", pensó algo perplejo, pasando una mirada escrutadora de reloj en reloj...y de repente la vio.


Sus inesperadas compañeras le dan el viaje, consiguiendo un efecto cómico y esperpéntico que el lector agradece.

La patrulla, pese a las similitudes aparentes, es un relato totalmente diferente. El ya avezado Pirx tiene que patrullar por un aburrido sector del espacio investigando las desapariciones de algunos compañeros de profesión. La soledad e inmensidad del espacio y la monótona rutina convierten el viaje en algo soporífero...hasta que deja de serlo.

Reflejo condicionado es sin duda la mejor historia del libro. Aquí volvemos a ver a Pirx como estudiante, y tras superar con maestría una prueba psicológica es enviado a la luna a investigar la misteriosa muerte de dos científicos. El argumento recuerda un poco a algunos de los clásicos cuentos detestivescos de Asimov (Bóvedas de Acero, por ejemplo). Además, está muy bien escrito, fortaleciendo la historia con detalladas descripciones que facilitan ponerse en el traje espacial de Pirx. Así describe Lem un paseo por la luna:

"La escasa gravedad lunar permitía al material rocoso adoptar formas de pesadilla, capaces de persistir durante siglos [...]. Los blancos bloques de piedra pómez, al elevarse como globos al contacto con el pie, y los pesados trozos de basalto, al rodar con extraordinaria lentitud y precipitarse sin producir ruido alguno, como si fuesen fruto de un sueño, potenciaban aún más la sensación de irrealidad e inverosimilitud de aquel paisaje."


Los relatos de Pirx son una excelente muestra de ciencia ficción "dura", con una fuerte base científica y una gran credibilidad. Un ejemplo más de que el relato es la forma natural de comunicación de la ciencia ficción. El único pero, junto al mencionado desastre editorial, es los pocos descansos que aparecen en el texto, forzándote a dejar la lectura en lugares poco agradables.

jueves, 6 de diciembre de 2007

ROMA S·P·Q·R


El pasado fin de semana fuimos de visita a la Plaza Castilla, a vichear la exposición sobre Roma en el Centro Arte Canal. Estas son mis impresiones.

Lo primero que llama la atención al bajar las escaleras y echar un vistazo a la gran sala donde tiene lugar la exposición es el impresionante número de esculturas y otras obras, dispuesto de forma aparentemente aleatoria "espero que esto siga algún orden, porque si no vaya caos...". Y pese al plano y las indicaciones de la audioguía, al final resultaba difícil orientarse entre las diferentes áreas de la exposición siguiente un recorrido lógico.

Pero no importa. A cualquiera que le interese la civilización romana le resulta agradable perderse entre tantas piezas —mayoritariamente esculturas, pero también joyas, lápidas, utensilios cotidianos, monedas, etc— de una de los pueblos más espectaculares que nos ofrece la historia.

Si esperas ver obras maestras, quizás te decepciones. Los romanos —a diferencia de los griegos— no fueron especialmente creativos desde un punto de vista artístico, y las piezas de la exposición no están entre las más impresionantes de su arte. Algunas obras se salvan, como una gigantesca estatua de Minerva, o la decoración de una fuente en forma de proa de nave con una cabeza de jabalí. Este moderado valor artístico se compensa con creces desde un punto de vista histórico y cultural: el peso de la religión, la influencia griega, la organización política y jurídica, la arquitectura e ingeniería— todo tenía cabida en la exposición. Lo ideal es hacerse con la audioguía, muy extensa, que aunque se iba un poco por las ramas resultaba muy instructiva. Un ejemplo: te cuentan la lucha contra la inflación (en vano) que siguieron diversos emperadores con diferentes acuñaciones de monedas.

Otras curiosidades de la exposición son el aspecto audiovisual, destacando un pintoresco holograma de lucha de gladiadores, numerosas fotografías de gran tamaño de diferentes restos aquitectónicos (el Coliseo, el Arco del Triunfo, etc) y unas divertidas sombras chinescas de legionarios.

Lo peor, junto con la dificultad de orientación ya mencionada, es que muchas obras son réplicas. Entiendo la dificultad de tener acceso a obras únicas (como la loba amamantando a Rómulo y Remo), pero que no puedan disponer de una genuina espada de legionario parece excesivo.

Lo mejor es el bosque de emperadores (conjunto de bustos y esculturas de diversos emperadores), empezando por Augusto y pasando por Nerva, Caracalla, Adriano, Marco Aurelio, etc, etc. Muy interesante ver como cambiaban los patrones de estética de las diferentes épocas. Te acabas dando cuenta de que los hombres más poderosos del mundo hace 2.000 años tenían mucho en común con nosotros.
En general la organización está muy cuidada, y es encomiable el esfuerzo que han tenido que hacer para traer tantas piezas de decenas de museos repartidos por toda Europa.