lunes, 28 de abril de 2008

Bautismo submarinista en la Azohía

Hace unos meses decidí hipotecar todos los fines de semana de abril en hacer un curso de buceo en Cormorán. La considerable inversión de tiempo (y de dinero) que conlleva era una gran apuesta cuyo resultado no era posible saber hasta entrar en el mar.

Esa entrada tuvo lugar el pasado sábado, y la respuesta no deja lugar a dudas: esto del buceo mola.

El Curso
Tardes de sábados y mañanas de domingo en una hábil combinación de teoría (sorprendentemente, muy interesante y nada aburrida) y prácticas en piscina (en el club Canoe, con su piscina de saltos de 5 metros de profundidad). El manejo y mantenimiento del equipo, la comunicación bajo el agua, los riesgos...todo ha tenido cabida en un curso que convierte una actividad aparentemente peligrosa en algo que se puede disfrutar con seguridad. Enhorabuena a los profesores.


Sábado: Cala Cerrada
El bautismo lo hemos realizado usando las instalaciones del centro Rivemar en la Azohía, muy cerca de Mazarrón en Murcia (no tengo referencias para comparar, pero me pareció muy profesional).
El primer día salimos a Cala Cerrada, lugar ideal para hacer la primera inmersión: sin corrientes y con una profundidad moderada. Bajamos por el cabo de una boya hasta unos 8 metros, y descendimos gradualmente hasta los 18 metros, con dirección a la boca de la cala. Muchas plantas posidonias, y bastantes pececillos (lo siento, mis conocimientos de biología marina son demasiado limitados como para atreverme a nombrarlos). Aunque perdí la tuba (que fue hábilmente recuperada por el monitor), la inmersión procedió sin incidentes —aunque con el natural nerviosismo inicial. Mi opinión sobre el buceo mejoró claramente...pero lo mejor estaba por llegar.

Domingo: El Arco
Anclamos a unos 100 metros de un arco natural formado en la roca, descendimos por el cabo del ancla hasta unos 14 metros, y nos desplazamos hacia el arco dejando el acantilado a nuestra izquierda, bajando de cota gradualmente hasta los 19m. Bancos de cientos y cientos de peces de variopintos colores, estrellas de mar, abundantes plantas, todos iluminados fantasmagóricamente por el cálido sol mediterráneo. Esta luz, y su efecto sobre el agua visto desde una profundidad de un quinto piso es lo que más me impresionó. Los haces individuales se distinguían nitidamente formando un arco iris de azules, verdes y blancos que, al proyectarse sobre la fauna daban un aspecto irreal, casi alienigena a la escena, pero sorprendentemente pacífico y relajante. Es difícil de explicar, espero que cuando el bueno de Zelloss publique se vea más claro.

Cruzamos el arco, que tenía una agradable corriente de agua caliente donde los peces aprovechaban para congregarse. La vuelta la hicimos también paralelos a la pared, pero a mayor altura. Más soltura y serenidad en esta inmersión, confío que anticipo del rápido progreso que vendrá con futuros chapuzones.

De vuelta a la gran ciudad, con las sensaciones vividas convertidas ya en un lejano eco, sólo queda esperar a la siguiente inmersión. No tardará demasiado.

Imágenes (c) Rivemar y Zelloss.

lunes, 21 de abril de 2008

The Myths of Innovation

Stand still and watch the patterns, which by pure chance have been generated: Stains on the wall, or the ashes in a fireplace, or the clouds in the sky, or the gravel on the beach or other things. If you look at them carefully you might discover miraculous inventions.
Leonardo da Vinci.

Anyone who has never made a mistake never tried anything new.
Albert Einstein

¿De dónde vienen las ideas? ¿Qué hace que una buena idea se convierta en una innovación? Estas preguntas, tan simples a primera vista, es lo que trata de contestar The Myths of Innovation, de Scott Berkun.

Este pequeño y ameno libro (algo más de 150 páginas) es difícil de clasificar. Mitad ciencia y tecnología, mitad libro de autoayuda, con una pizca de historia y psicología, repasa varios de los "Mitos de la Innovación" —el mito de la epifanía o "momento eureka", el mito del inventor solitario, la dificultad de generar nuevas ideas...y los va echando por tierra uno por uno, con un estilo inteligente y vivaracho, no carente de sentido del humor.

El libro se lee muy bien de principio a fin, incluyendo los abundantes pies de página con anécdotas e historias (¡la primera vez que me leo todos los pies de página de un libro!)

La conclusión: el proceso de generar nuevas ideas, de crear algo nuevo de la nada y beneficiar a toda la sociedad está muy mitificado. A la hora de la verdad, es mucho más importante la capacidad de trabajo, la confianza en las posibilidades de uno mismo y la persistencia que la genialidad o el uso de la tecnología.

A lo mejor este tema no te interesa, y piensas que es rollo económico o de empresa, pero nada más lejos de la realidad: la innovación y el ingenio humano son lo principales motores del progreso, y lo que nos hace avanzar como sociedad. En nuestro tiempo tenemos la suerte de experimentar ese proceso como nunca antes ha sido posible, y, para bien o para mal, ver como la creciente ola de cambios transforma nuestras vidas.

A nivel personal, también se pueden sacar algunas conclusiones: todos tenemos la habilidad innata de ser creativos y el hecho de que no sea nuestra costumbre o no nos sintamos preparados no es excusa.

sábado, 19 de abril de 2008

Jornada de Puertas Abiertas en la Biblioteca Nacional

Hoy 19 de abril es la tradicional jornada de puertas en la Biblioteca Nacional, donde enseñan al público el interior de la biblioteca y explican su historia y su funcionamiento.

Tengo que reconocer que la visita ha sido todo un éxito, y aunque toque madrugar un poco en sábado (si no quieres tener que guardar mucha cola), definitivamente merece la pena.

Nada más entrar te espera la agradable sorpresa de un café o un chocolate caliente acompañado por un pastelito (se agradece, en estas lluviosas mañanas primaverales). Seguidamente se presentan las dos empleadas de la biblioteca que van a dirigir la visita de nuestro grupo (integrado por diez personas), y empezamos la ruta.

De la historia de la biblioteca destaca que fue fundada en 1712, que el edificio en el que se encuentra en la actualidad data del siglo XIX, y que, junto con la otra sede en Alcalá de Henares alberga más de 20 millones de piezas. Incluso dispone de wifi en las salas de lectura y se puede entrar el portátil para trabajar. Para sacarse el carné de lector de forma gratuita no hay más que visitar la web de la Biblioteca; este carné te permite consultar obras posteriores a 1931.

Hemos podido ver la sala italiana donde se recibe a los visitantes, la Sala General de Lectura donde se el público puede acceder a consultar las obras, algún pasillo del depósito principal (formado por ocho plantas), un salón con cartografía y sistemas multimedia para consultar los mapas a gran escala, la Sala Cervantes donde están las obras más antiguas y la Sala Goya, con obras de bellas artes.

La exposición duraría algo más de hora y media, que no se hace nada pesada por lo interesante de la misma y los acertados comentarios de las guías. Como colofón, nos regalaron una reproducción de unas aleluyas dedicadas a la Constitución de 1812, impresas originalmente en 1820.

Te dejo con algunas de las obras que pudimos ver y que más me gustaron; que sirvan como muestra para que, dentro de un añito, te pegues el madrugón (bueno, tampoco es para tanto) y te acerques a la Biblioteca Nacional.




Grabado de Durero




Mapa del "Reyno" de Córdoba, de 1797




Revistas musicales de chotis de principios del siglo XX



Cuaderno de notas de Rafael Alberti




Incunable
Viaje a Tierra Santa de Bernardus de Breydenbach, publicado en Zaragoza en 1498



Liber chronicarum de Hartmannus Schedel, publicado en Nuremberg en 1493



Beato de Fernando I y doña Sancha, pergamino original del Beato de Liebana del 1047.

jueves, 17 de abril de 2008

¿Nos quedamos sin cerveza?


En este artículo (gracias Zelloss por la referencia), se dice que con el cambio climático es posible que la cerveza desaparezca.

Antes de bajar al supermercado a hacer acopios, reflexionemos un poco. Evidentemente, el calor puede reducir la producción de cebada; otros factores no mencionados en el artículo como el desvío de tierras agrícolas hacia la producción de biocombustibles también puede influir negativamente. Todo esto, si no cambiase nada, podría hacer que se cumpliese el catstrofista escenario pintado en el artículo: desaparición de la cerveza en 30 años, o precios radicalmente más altos.

Puede que la sociedad global no se movilice ante la visión de idílicas islas del pacífico siendo inundadas por el creciente nivel del mar; o que la extinción del oso polar nos deje indiferentes. Incluso las hambrunas en países del Tercer Mundo por cambios en los patrones de lluvias y subidas de temperaturas nos preocupan sólo de boquilla. Pero, ¿cual sería la respuesta de la gente si le cobraran 15 euros (o 50) por una cerveza? El caos resultante sería terrible, con el consiguiente impacto sobre el proceso democrático y el comportamiento de nuestros políticos. Seguro que se tomarían el asunto en serio y se implementarían medidas drásticas para reducir las emisiones y paliar el calentamiento global.

Noticias así son necesarias para que por fin se pase a la acción. ¿El cambio climático nos puede dejar sin capacidad de practicar el sexo en sólo unas décadas? Si hay por ahí algún científico que sea capaz de demostrarlo, ya tenemos arreglado el problema...

sábado, 12 de abril de 2008

The Kills en la sala Heineken

The Kills es un grupo primitivo, tanto en su música —percusión por caja de ritmos, guitarra chillona que también hace las funciones de bajo, y letras básicas y reiteradas— como en su comportamiento en el escenario. No hablan, no interactúan con el público; se limitan a moverse espasmódicamente al ritmo de su música. Este toque primigenio es lo que les da su originalidad, y los hace tan diferentes de cualquier otro grupo.

La dulce cara de Alison "VV" Mosshart, la cantante, podría engañarnos a pensar que se trata de una criatura angelical. Error. Hizo kilómetros y kilómetros pateándose enérgicamente el escenario cigarro en mano, interrumpiendo su paseo ocasionalmente con una convulsión semi epiléptica. Películas como el exorcista venían a la mente. Eso sí, las preguntas que nos hacíamos continuamente de "Qué se habrá metido esta" o "se va a caer!" nos las callaba con su voz profunda y su impecable interpretación.

La otra mitad de The Kills, Jamie "Hotel" Hince, parecía más tranquilo . Su apariencia de zombie-yonkie no le quitaba habilidad a la hora de tocar la guitarra, sacándole un sonido (o, mejor dicho, sonidos; debería llevar media docena de pedales el tío) de lo más peculiar.

Como teloneros actuó Junior Mackenzie, grupo basado en Barcelona formado por un español, un noruego y un brasileño. Canciones con toques soul y country, pero que ascienden a un nivel más cañero poco antes de ser acusadas de moñismo. Habrá que seguirlos.

La actuación de los Kills fue cortita —no llegaría a la hora y media— pero intensa (tiene que se difícil mantener ese ritmo durante más tiempo). Tocaron canciones de sus tres discos, centrándose en el último, Midnight Boom. Afortunadamente, y aunque no tocaran Rodeo Town —mi canción favorita—, las previsiones que me habían hecho de que en directo el grupo no era muy allá fueron infundadas.