lunes, 28 de julio de 2008

Buceando en Malta


Hace ya un par de semanas que llegamos de Malta, ese micropaís tan curioso en medio del Mediterráneo, y todavía no he sacado un rato para hablar de la actividad principal que nos llevó hasta allí: el buceo.

Aunque sea Mediterráneo y la vida que se ve es muy parecida a lo que podemos encontrar en la costa española, el buceo en Malta tiene bastantes puntos a favor:
  • Los pecios. Incontables barcos hundidos pueblan los alrededores de la isla. A menos de diez minutos de nuestro centro de buceo pudimos ver el Rozi, el P29 y el Karwela. Impresionante.
  • El precio. Malta es más barato que España, y un paquete de 12 inmersiones con equipo te sale por sólo 340 euros.
  • El agreste litoral maltés cobija numerosas grutas y pasajes, que, junto con las cristalinas y cálidas aguas del Mediterráneo sur, resultan en divertidas inmersiones a poco profundidad. Blue Lagoon, Crystal Lagoon, Comino Caves...inmersiones cercanas a la hora de duración, que se pasa volando.
  • El centro de buceo Paradise Diving. Decenas de inmersiones espectaculares a menos de 15 minutos en lancha rápida (o incluso desde la costa). Ideal para los que, como yo, tienen problemas de mareo.
Malta es una buena oportunidad para practicar un buceo parecido al que conocemos en España, pero muy diferente al mismo tiempo. Aunque desde Madrid sólo Vueling vuela hasta allí (también puedes hacer el primo, ejem, y pillar un vuelo con escala), esta será la parte más cara del viaje. No te lo pienses.

Ya sabes, debajo del agua las fotos de Zelloss.

domingo, 20 de julio de 2008

Summercase 2008. Día 2

Se acabó el Summercase, con un segundo día de altísimo nivel, viejas glorias y alguna que otra sorpresa.


¿Qué mejor forma de empezar un día de conciertos que con Made of Stone o I am the Resurrection? Con esos temazos nos recibió Ian Brown, que luego continuó con canciones de sus últimos discos. El día auguraba bien.




Después de ver a Brown había un rato libre y, deambulando, acabamos en el escenario donde tocaba Whitey. Fuimos afortunados de descubrir a este cantante de música electrónica y percusión distribuida. Muy original. Más tarde nos lo encontramos en el recinto del festival, y ante un "nos perdimos el inicio de Nick Cave por tu culpa!" respondió "That's a compliment man". Sí que lo era.




Corriendo para ver a Grinderman, la formación alternativa de Nick Cave. Sonidos oscuros e intensos, y distorsión abundante acompañaban a la poderosa voz de Cave. Un genio.




A continuación, Blondie. Música disco retro, muy bien interpretada por Debbie Harry (63 años que tiene ya la tía). Heart of Glass, Call Me, Maria...canciones conocidas por todo el mundo, fáciles de cantar y bailar.




Interpol es un buen grupo. Pero son cansinos y algo empalagosos (como suele ocurrir con los grupos donde el protagonismo vocal es tan grande). Muy bien para tu playlist aleatoria, excesivo para oír más de 4 o 5 canciones seguidas. Eso sí, las 4 o 5 canciones que oímos sonaron estupendamente.




Llegamos pronto al escenario de Maximo Park, por lo que nos colocamos muy cerca del escenario. A partir de ahí se acabo el disfrutar tranquilamente de la música. Pogo agresivo, y lucha por el territorio con la música de Maximo Park sonando de fondo. Cuando tocaron Limasol, Our Velocity y Apply some Pressure aquello fue salvaje. Divertida (pero calurosa) forma de disfrutar de un concierto.




Después de tanto alboroto apetecía algo más relajado, y nos dejamos caer en el escenario de Cornelius. Estos japo se nota que vienen de una cultura alienigena, con poco en común con las tradicionales raíces anglosajonas del rock. Techno-jazz-cañero-experimental o algo así es lo que hacen. La actuación más original (de lejos) del festival.




Como guinda al pastel, Primal Scream. Una hora de largas y movidas canciones, acabando con Rocks y Country Girl, los temas más populares y bailables de los escoceses. ¿La mejor actuación del festival? No me mojo.

sábado, 19 de julio de 2008

Summercase 2008. Día 1

Con el veranito, llegan los festivales. Y si vives en Madrid o en Barna, hay que ir al Summercase.
A priori, el cartel de este año parece más flojo que el del año pasado (¿a quien comparamos con Arcade Fire o con Bloc Party?). En la realidad, el primer día del festival terminó con mucho cansancio en el cuerpo, y una sonrisa en la cara. Estos son los grupillos que vi.


Entramos algo tarde al recinto (muchas colas para recoger las entradas), así que sólo pudimos ver un par de canciones de las Breeders. Poco para poder juzgar su actuación. Además, nos quedamos sin oír Cannonball. ¡Arrggg!




Sí pudimos oír algo más de Los Campesinos, aunque tampoco demasiado. Lo suficiente para confirmar lo que ya sabía: un grupo muy original y divertido, con un sonido muy peculiar. A ver si vienen a Madrid en el futuro para poder verlos decentemente.




En el escenario de al lado tocaban entonces los Kings of Leon. Fue el primer concierto que vimos en su totalidad, con un resultado muy satisfactorio. Los de Tennessee sacaron todo su poderío guitarrero para delicias del público, especialmente cuando tocaron sus canciones más famosas como The Bucket o Charmer. Un grupo que representa la esencia del rock americano.




Corriendo, llegamos a Mogwai. Grupo que sólo tiene en común con los anteriores su facilidad para el manejo de las guitarras. Canciones largas e instrumentales, que alternan momentos relajados con otros de ruido controlado.




Cinco o seis canciones es lo que pudimos ver de las Raveonettes. Batería sin platillos y guitarras al más estilo hardcore americano, las danesas consiguen sacar un sonido identificable y atractivo.




Sabía que Cansei de ser Sexy iba a ser divertido; pero no esperaba tanto. Independientemente de su buena música, CSS bailan, gritan y se lo pasan bien en el escenario (se nota el toque brasileño), y al público se le contagia. Una hora de baile, empezando con Music is My Hot Sex y terminando con Alala. Increíble.




A continuación tocaban en el mismo escenario los Foals, lo que nos permitió descansar un poco y ponernos delante del escenario. Éste era un grupo algo incógnita para mi, he escuchado su disco un par de veces, pero no sabía como podrían sonar en directo. Pues muy bien, claro. Percusión frenética (¿influencias !!!?), letras cortas y repetitivas y guitarras poderosas. Recomendable.




Para terminar, los Planetas. Empezaron con algunas de las largas e intensas canciones de su último disco, pasando a grandes clásicos como Un buen día o Santos que yo te pinte. Muchísima gente para la hora que era (empezaron a eso de las 3:00), que lo disfrutó ampliamente.




Hasta aquí mi breve crónica del primer día del Summercase. Me voy a dormir la siesta, que esta noche hay más.

jueves, 17 de julio de 2008

Curiosidades maltesas

Muy curioso este diminuto país, Malta. Cruce de etnias y culturas, contraste de modernidad y tradición, y una relajada actitud hacia la vida (por no hablar de los lugares de buceo) hacen de el archipiélago maltés un lugar único para ir de vacaciones. Estas son algunas de las curiosidades que encontré.



Aunque el inglés es el idioma oficial, el maltés es la lengua del pueblo. Y vaya lengua. Suena parecido al árabe (aunque no se lo digas a un maltés a la cara, puede que se ofenda), y proviene del árabe, italiano, español, inglés, griego y no sé cuantos lenguajes más. El sueño de un etimólogo aburrido.




Todos los autobuses de Malta tienen estos colores en común. Pero es lo único que comparten. Los llevan conductores autónomos y los aparcan en la puerta de sus casas por la noche.




El elemento arquitectónico más diferenciador son los balcones. Por lo visto se hicieron populares en los tiempos de Los Caballeros de la Orden de Malta, para que las mujeres pudieran vichear el panorama sin ser vistas...




Pero eso sí, ¡ya podían haberse currado un poco más el cableado en las fachadas de las casas!




Los autobuses no es lo único que a los malteses les gusta pintar con llamativos colores. Estos son algunos barcos de pesca, en un tradicional pueblo de pescadores.




Si en Dinamarca les gustaba jugar al waterpiragua, aquí lo que les gusta es jugar al waterpolo, pero en el mar. Muy chulo.




Llega al sábado por la noche, y hace calor. ¿Qué hacer? Pues una barbacoa al lado del mar. Perfecto.

domingo, 6 de julio de 2008

Voyager

"As Ares followed its long, spiralling trajectory to Mars, he felt that it wasn't alone: it was accompanied by a fleet of ghostly ships, huge silver forms, from the pages of Clarke and Heinlein and Asimov and Bradbury and Burroughs..."

Marte, Marte, Marte. Ya hablé en otra ocasión de la fascinación (¿obsesión?) del mundo de la ciencia ficción con el planeta rojo. En Voyage, estamos ante la novela que trata de forma más realista un posible viaje del hombre a Marte; también es, sin duda, la más aburrida.

El argumento del libro es bastante simple: en 1969 no muere Kennedy en Dallas, sino su mujer. Su presencia da el impulso necesario para que, tras el éxito del programa Apolo en el viaje a la luna, la NASA se plantee un nuevo reto: la visita a Marte. A partir de ahí Stephen Baxter no muestra con una dolorosa atención al detalle la magnitud y dificultad del reto. Se intercalan dos líneas narrativas, una empezando en 1969 y llevando hasta el momento del lanzamiento, y otra con el viaje propiamente dicho. Esta idea no es del todo buena, pues, además de la complejidad adicional, se rompe la incertidumbre del lector al adelantar el desenlace de la trama (por ejemplo, ya sabemos cual será la tripulación final de la nave).

El libro tiene cierto interés si se afronta en plan documental, para apreciar lo que realmente supondría un viaje a Marte. Pero no es una buena novela. Los personajes son planos, siendo difícil conectar con ellos, y la historia destaca por su falta de sorpresas y emoción. En definitiva, si te apasiona la exploración espacial y quieres ver una visión realista de una potencial visita a Marte, léete este libro. Si te quieres divertir con una buena novela de ciencia ficción, estas 600 páginas no son la mejor inversión de tu tiempo.